Emily
Me sonrió. Me ofreció
su mano, la cogí y me ayudó a levantarme. Sentí el contacto muy suave, ¿cómo
no?
-Aquí todos saben
quién eres, no pretenderás que cuando pase algo interesante no nos enteremos,
¿verdad?
-Bueno… es que no
estoy acostumbrada a destacar en nada, sólo nadando, por eso conseguí llegar
hasta aquí- le dirigí una tímida sonrisa.
-¿Estás bien?
-Sí, sólo ha sido un
culazo.
Volvió a sonreírme.
La miré de arriba
abajo por primera vez. Era pelirroja y de ojos verdes. Hermosa, como todos los
demás.
Su pelo le llegaba hasta la cintura y, a diferencia del mío, era fino. Las dos lo teníamos liso y largo, pero el mío era más espeso y castaño.
Ella también me observaba en silencio pero, de repente, estalló en un borbotón de palabras.
-¡Tengo tantas preguntas por hacerte! ¿Cómo ocurrió todo? ¿Cómo encontraste Crystalraise? ¿Es verdad que toda la tripulación se desmayó, toda menos tú?
Su entusiasmo me conmocionó. Nunca había conocido a alguien de mi edad que se interesara tan intensamente por lo que hacía. Pero, lamentablemente, sabía tan poco como ella.
-Lo siento… pero hasta que no tenga la reunión con los miembros del consejo no sabré más que tú –le dirigí una mirada tímida- Sólo te puedo decir que sí, que la tripulación se desmayó y yo quedé al mando. Perdí el control, lentamente fuimos cayendo hacia abajo, y nos perdimos. Luego vi un iceberg, que después descubrí que se trataba de Crystalraise, y choqué inevitablemente contra él. A partir de ese momento no recuerdo nada más…
-¡Qué emocionante! ¡Cómo me gustaría pasar una aventura así! Descubrir otros mundos… ¿debes estar muy desorientada, no?
-Algo sí… pero, oye, ¿no tenías mucha prisa? Lo digo porque has chocado contra mí porque ibas corriendo hacia otro lado…
-¡Ay, sí! –Parecía que la “emoción” del encuentro le había hecho olvidar por qué corría- Había quedado y llego una media hora tarde. ¡Pero que se les pase por la cabeza echarme la bronca cuando les cuente que te he conocido! ¡Todos hablamos de ti y de cómo nos has encontrado!
-Oye, ¿quieres venir? Si quieres, te enseñamos la ciudad… ¿te llamas Jessica Nichols no?- asentí sonriendo ampliamente- Yo me llamo Emily, Emily a secas. –me tendió su mano de nuevo, pero esta vez para saludarme. La cogí. - Entonces, ¿qué dices?
La verdad era que me apetecía muchísimo, ya había deambulado lo suficiente por la ciudad.
-Pues, no tengo nada que hacer hasta que la tripulación despierte… así que… ¡de acuerdo!
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